Un físico del CERN descubre que la ciencia y la fe en el Islam no solo son compatibles sino complementarias.
Como físico trabajando en el CERN, pasé mi vida estudiando las leyes fundamentales que gobiernan nuestro universo. Durante años, me consideré ateo, creyendo que la ciencia tenía todas las respuestas y que la religión era incompatible con el pensamiento racional...\n\nMi visión del mundo comenzó a cambiar cuando empecé a contemplar el extraordinario ajuste fino del universo. Los valores precisos de las constantes fundamentales, el delicado equilibrio que permite que las estrellas se formen y que la vida exista - todo parecía demasiado perfecto para ser aleatorio.\n\nCuando un colega musulmán me invitó a asistir a una conferencia sobre ciencia en el Corán, estaba escéptico pero curioso. Lo que escuché ese día cambió mi vida. El Corán contenía conocimientos científicos que eran imposibles de conocer hace 1400 años - descripciones del desarrollo embrionario, la expansión del universo, y el ciclo del agua.\n\nMientras profundizaba en las enseñanzas islámicas, encontré que el Islam no entraba en conflicto con la ciencia sino que más bien alentaba la búsqueda del conocimiento. El Corán habla de señales en los cielos y la tierra para aquellos que piensan y reflexionan.\n\nMi conversión al Islam no fue una decisión emocional sino una conclusión lógica basada en evidencia. Hoy, veo mi trabajo científico como una forma de adoración, una manera de entender mejor la magnífica creación de Alá.